En Mar del Plata: Los Martín Fierro del interior, poco felices
A diferencia de lo que suele suceder en otras plazas más chicas del interior, en las que un acontecimiento de este tipo se convierte en una celebración local a la que le presta atención todo el país, la gran mayoría de los habitantes de esta ciudad ni se enteró de que anteayer, aquí, se dio cita gente de radio y televisión para asistir a la 17» entrega de los premios Martín Fierro del Interior, que otorga la Asociación de Periodistas de la Televisión y la Radiofonía Argentinas (Aptra).
Este año la ceremonia no fue transmitida en vivo por ninguno de los canales locales, ni tampoco por emisoras de alcance nacional. El productor Daniel Mañas, a quien Aptra cedió en esta oportunidad la responsabilidad de organizar el evento, optó por diseñar una entrega pensada para ser emitida con posterioridad a su realización, en un programa editado en el que las desprolijidades que pudieran suceder en vivo fueran glamorosamente barridas debajo de la alfombra roja. Pero claro, aquí no estamos en Hollywood y, paradójicamente, la jornada estuvo caracterizada por una acumulación de momentos incómodos que en las entregas pensadas para ser emitidas en vivo no suelen estar.
En un mediodía a pleno sol en el club de mar La Normandina, ubicado en la zona de Playa Grande, en un edificio junto al mar, reciclado a nuevo, en el que hace tiempo funcionaba el Instituto Nacional de Explotación Pesquera (Inidep), se iniciaron las actividades del día. Allí tuvo lugar la entrega de los diplomas a los programas ternados, con la presencia de Teté Coustarot, que condujo la ceremonia. Allí también se vivió el primer momento incómodo cuando Mañas fue interpelado por algunos asistentes para que explicara por qué no se emitiría en vivo la entrega. El productor dijo que este año, a diferencia del anterior, Canal 7 no aceptó realizar la transmisión, pero también expuso su preferencia de aplicar un criterio de trabajo que permitiera mostrar una emisión más prolija. Muchos asistentes, al escuchar que Canal 7 no quiso esta vez emitir en vivo la ceremonia, recordaron el episodio del último año, cuando uno de los premiados, al agradecer su galardón, criticó fuertemente a la gestión de Rosario Lufrano al frente de la emisora estatal, lo que generó una respuesta de la directora del canal defendiendo su posición enviada inmediatamente por e-mail y que fue leída al aire.
El encuentro posterior fue a la noche, en el salón Vélez Sarsfield del Sheraton de Mar del Plata. La cita para los ternados fue a las 20.30, para realizar unas tomas de algunos de ellos que puedan ser insertadas luego en el programa que se verá por la señal América 24. Esto se convirtió en el segundo momento incómodo, ya que la operación duró más de dos horas en las que lo que parecía una interminable lista de ternados eran llamados de a uno. Mientras tanto, el resto de los asistentes esperaba en un clima de impaciencia y mucho frío (el aire acondicionado del salón estaba puesto a una temperatura como para mantener congelada la pista de hielo de "Patinando por un sueño", que ningún responsable del hotel accedía a aminorar, ni ante el ruego de las mujeres que, con sus sedosos y escotados vestidos de gala, eran las que más sufrían). Cuando por fin empezó la grabación de la entrega se recuperó el clima festivo, espontáneo y alegre que caracteriza a estas ceremonias extracapitalinas (sobre todo cuando Teté Coustarot, enfundada en un chal de algodón, que ya no le alcanzaba para aliviar el frío, pidió que apagaran el aire acondicionado y le hicieron caso). La ceremonia la inició Raúl Lavié entonando el Himno Nacional. En la presentación estaban Teté y Boy Olmi, que aportaron simpatía y espontaneidad al encuentro. Varios famosos, entre los que figuran Magdalena Ruiz Guiñazú, Darío Lopilato, Guillermo Andino, Nicolás Scarpino, Luisa Kuliok, Esther Goris y los hermanos Sebastián y Eugenio Weimbaum, fueron quienes abrieron los sobres que develaban la identidad de los ganadores. Una curiosidad en la lista de famosos fue la presencia del cordobés Eugenio Zanetti, ganador de un Oscar por la escenografía de la película Restauración , que ahora se encuentra en nuestro país dirigiendo la obra de teatro Educando a Rita, que protagonizan en Buenos Aires Víctor Laplace y Catherine Fulop, y de la que Mañas es productor.
Pero, sin duda, el momento más esperado era el de la llegada de Susana Giménez, que se presentó en el salón cerca de la medianoche, rodeada de camarógrafos, fotógrafos y fans que hicieron que su traslado por los pasillos del hotel tardara unos 10 minutos.
Ya en el escenario, Susana recibió del intendente de Mar del Plata, Daniel Katz, una medalla y la copia de un decreto que la convierte en huésped de honor de la ciudad. Raúl Lavié interpretó "Honrar la vida", dedicado a ella. Luego, la homenajeada agradeció las atenciones e imprevistamente empezó a contestar preguntas, sobre el ofrecimiento que le hizo Nito Artaza y sobre su vida amorosa, que le hacían a los gritos algunos periodistas que estaban mezclados entre el grupo que la acompañó al entrar.
La improvisada conferencia de prensa continuó cuando la diva se acomodó en su mesa. Parecía que ese episodio cancelaría la continuidad de la entrega de premios definitivamente. Pero cinco minutos más tarde, Susana Giménez se levantaba, daba los adioses y se retiraba de la ceremonia.
A continuación se entregaron los rubros restantes. Cerca de las 2 de la mañana terminaba la ceremonia con los famosos brindando en el escenario.
Afuera llovía a cántaros en una ciudad que se había despertado con un sol radiante. Era hora de que algunos se volvieran a sus provincias con la alegría de llevarse su premio. Otros, con la esperanza de conseguirlo en otra oportunidad.
Por Ricardo Marín De la Redacción de LA NACION (24/9/07)
Este año la ceremonia no fue transmitida en vivo por ninguno de los canales locales, ni tampoco por emisoras de alcance nacional. El productor Daniel Mañas, a quien Aptra cedió en esta oportunidad la responsabilidad de organizar el evento, optó por diseñar una entrega pensada para ser emitida con posterioridad a su realización, en un programa editado en el que las desprolijidades que pudieran suceder en vivo fueran glamorosamente barridas debajo de la alfombra roja. Pero claro, aquí no estamos en Hollywood y, paradójicamente, la jornada estuvo caracterizada por una acumulación de momentos incómodos que en las entregas pensadas para ser emitidas en vivo no suelen estar.
En un mediodía a pleno sol en el club de mar La Normandina, ubicado en la zona de Playa Grande, en un edificio junto al mar, reciclado a nuevo, en el que hace tiempo funcionaba el Instituto Nacional de Explotación Pesquera (Inidep), se iniciaron las actividades del día. Allí tuvo lugar la entrega de los diplomas a los programas ternados, con la presencia de Teté Coustarot, que condujo la ceremonia. Allí también se vivió el primer momento incómodo cuando Mañas fue interpelado por algunos asistentes para que explicara por qué no se emitiría en vivo la entrega. El productor dijo que este año, a diferencia del anterior, Canal 7 no aceptó realizar la transmisión, pero también expuso su preferencia de aplicar un criterio de trabajo que permitiera mostrar una emisión más prolija. Muchos asistentes, al escuchar que Canal 7 no quiso esta vez emitir en vivo la ceremonia, recordaron el episodio del último año, cuando uno de los premiados, al agradecer su galardón, criticó fuertemente a la gestión de Rosario Lufrano al frente de la emisora estatal, lo que generó una respuesta de la directora del canal defendiendo su posición enviada inmediatamente por e-mail y que fue leída al aire.
El encuentro posterior fue a la noche, en el salón Vélez Sarsfield del Sheraton de Mar del Plata. La cita para los ternados fue a las 20.30, para realizar unas tomas de algunos de ellos que puedan ser insertadas luego en el programa que se verá por la señal América 24. Esto se convirtió en el segundo momento incómodo, ya que la operación duró más de dos horas en las que lo que parecía una interminable lista de ternados eran llamados de a uno. Mientras tanto, el resto de los asistentes esperaba en un clima de impaciencia y mucho frío (el aire acondicionado del salón estaba puesto a una temperatura como para mantener congelada la pista de hielo de "Patinando por un sueño", que ningún responsable del hotel accedía a aminorar, ni ante el ruego de las mujeres que, con sus sedosos y escotados vestidos de gala, eran las que más sufrían). Cuando por fin empezó la grabación de la entrega se recuperó el clima festivo, espontáneo y alegre que caracteriza a estas ceremonias extracapitalinas (sobre todo cuando Teté Coustarot, enfundada en un chal de algodón, que ya no le alcanzaba para aliviar el frío, pidió que apagaran el aire acondicionado y le hicieron caso). La ceremonia la inició Raúl Lavié entonando el Himno Nacional. En la presentación estaban Teté y Boy Olmi, que aportaron simpatía y espontaneidad al encuentro. Varios famosos, entre los que figuran Magdalena Ruiz Guiñazú, Darío Lopilato, Guillermo Andino, Nicolás Scarpino, Luisa Kuliok, Esther Goris y los hermanos Sebastián y Eugenio Weimbaum, fueron quienes abrieron los sobres que develaban la identidad de los ganadores. Una curiosidad en la lista de famosos fue la presencia del cordobés Eugenio Zanetti, ganador de un Oscar por la escenografía de la película Restauración , que ahora se encuentra en nuestro país dirigiendo la obra de teatro Educando a Rita, que protagonizan en Buenos Aires Víctor Laplace y Catherine Fulop, y de la que Mañas es productor.
Pero, sin duda, el momento más esperado era el de la llegada de Susana Giménez, que se presentó en el salón cerca de la medianoche, rodeada de camarógrafos, fotógrafos y fans que hicieron que su traslado por los pasillos del hotel tardara unos 10 minutos.
Ya en el escenario, Susana recibió del intendente de Mar del Plata, Daniel Katz, una medalla y la copia de un decreto que la convierte en huésped de honor de la ciudad. Raúl Lavié interpretó "Honrar la vida", dedicado a ella. Luego, la homenajeada agradeció las atenciones e imprevistamente empezó a contestar preguntas, sobre el ofrecimiento que le hizo Nito Artaza y sobre su vida amorosa, que le hacían a los gritos algunos periodistas que estaban mezclados entre el grupo que la acompañó al entrar.
La improvisada conferencia de prensa continuó cuando la diva se acomodó en su mesa. Parecía que ese episodio cancelaría la continuidad de la entrega de premios definitivamente. Pero cinco minutos más tarde, Susana Giménez se levantaba, daba los adioses y se retiraba de la ceremonia.
A continuación se entregaron los rubros restantes. Cerca de las 2 de la mañana terminaba la ceremonia con los famosos brindando en el escenario.
Afuera llovía a cántaros en una ciudad que se había despertado con un sol radiante. Era hora de que algunos se volvieran a sus provincias con la alegría de llevarse su premio. Otros, con la esperanza de conseguirlo en otra oportunidad.
Por Ricardo Marín De la Redacción de LA NACION (24/9/07)
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