Dolor por la muerte de nuestro compañero Gustavo Simoyo

El siguiente texto resume en parte lo que era Gustavo Simoyo y fue escrito por sus compañeros de tareas de Canal 10. El S.A.T.S.AI.D. pierde un afiliado pero mas aùn, despido a un amigo...

Nuestro compañero y amigo, nos dejó esta mañana. Tenía 40 años y había ingresado a Canal10 hace más de 20 años. Primero se desempeñó como operador de video tape. Después se encargó del armado de las llamadas `tortas publicitarias` hasta que se puso una cámara sobre su hombro derecho”.

“Se convirtió en camarógrafo, tarea que con excelencia profesional y apego al perfeccionismo realizó durante muchos años. Aprendió en la calle de la mano de sus viejos compañeros y se convirtió en un referente para aquellos jóvenes que recién empezaban”.

“Era de esos tipos afectuosos, de beso y abrazo fuerte en el saludo. Siempre tenía palabras de aliento para quienes lo rodeaban. Por igual, piropeaba a mujeres y hombres cuando le gustaba su ropa o el perfume que llevaban”.

“Muy buen compañero y mejor amigo, la mayoría de las tardes llegaba 5 minutos antes a trabajar. Era el tiempo que necesitaba para pedir café y compartirlo en medio de charlas confidentes. Después sí se ponía a trabajar, en el último tiempo como editor”.

“Amante del sol y los paisajes –a los que no dejaba de registrar con su camarita digital- le encantaba viajar y pasar sus días de descanso en algún camping del país junto a Fernando. Fumaba más de lo que la medicina recomienda”.

“Le gustaba cocinar y lo hacía muy bien: dulces y platos salados entre los que destacaban algunos de origen japonés, a los que obviamente comía con gran destreza en el uso de palitos. Eso sí, cuando salía, su debilidad eran las hamburguesas de la más famosa cadena internacional”.

“En su casa, mientras su gatito siamés buscaba mimos, podía pasar muchas horas frente a la computadora, jugando, experimentando, editando videos caseros. Reconocía que era una especie de adicto a la tecnología”.

“Había algo que no le generaba el más mínimo interés: el deporte. No sabía ni le importaba saber nada sobre fútbol, básquet o cualquier otra actividad. De la cobertura profesional de esas prácticas se recuerdan algunas de las más graciosas anécdotas que quedarán en la memoria de sus compañeros. Su salud estaba frágil. Rodeado de sus seres queridos la peleó hasta lo último. Familiero, tenía un entrañable amor por sus padres, cuatro hermanos y sobrinos. Todos lo querían. Todos lo queríamos.
Te vamos a extrañar, Gustavo”.

Q.E.P.D
7-3-08

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